Por Toñi Peña. (Ex-atleta y entrenador personal)
En los años setenta, durante la crisis energética, al encarecerse el precio del petróleo, investigadores holandeses empezaron a estudiar cuidadosamente el uso energético en su país. Descubrieron que en un suburbio cercano a Ámsterdam había algunos residentes que consumían un 30% menos que sus vecinos. Las casas eran similares y el precio de la energía también. Pero encontraron una cosa que cambiaba entre las casas con distintos consumos de energía: el lugar donde se encontraba el contador de electricidad. Unas casas los tenían en el sótano y otras en el pasillo principal. ¿Sabes cuáles consumían menos energía? Sí, las que tenían el contador en el pasillo principal. El hecho de ver con frecuencia como crecía su consumo de energía, hacía que los habitantes de la casa cambiaran los hábitos con el fin de reducirlo. Las señales que te rodean y visualizas frecuentemente, condicionan tu comportamiento. |
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¿Qué crees que pasaría si al entrar a tu casa o en su sitio visible tuvieras una fuente con fruta? Seguramente, comerías más fruta. El hecho de verla y tenerla a mano te impulsaría más a comerla de vez en cuando. Igual que si tuvieras botellas de agua repartidas en diferentes habitaciones. Beberías más agua. En cualquiera de estos casos, no es que estuvieras más motivado para comer fruta, beber más agua o llegar a alcanzar hábitos más saludables. Simplemente un determinado entorno, te acaba impulsando a desarrollar ese comportamiento. Casi seguro que alguna vez te has visto en una etapa de entrenamiento en que te decías “no estoy motivado”. Sin embargo, no siempre es motivación intrínseca lo que hace falta. Puedes romper esa desmotivación creando el entorno adecuado que empuje tu comportamiento hacia donde te interesa. Construye un entorno con señales que te inviten a querer entrenar o volver a creer en ti: - Deja visibles tus zapatillas o material deportivo, medallas o dorsales de carreras...
- Relaciónate con otros corredores y comparte conversaciones.
- Empápate del comportamiento de otros corredores y normaliza el hecho de salir a entrenar.
- Reconoce el éxito de esos corredores y toma conciencia de que si otros pueden ver mejoras en su rendimiento y alcanzar sus objetivos, tú también puedes.
Ya no puedes excusarte más en ese “no estoy motivado”. Siempre hay algo en tu mano que puedes hacer para elegir tu propio camino. Crea el entorno que te ayuda a dirigirte allí donde quieres llegar.
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